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La Diócesis Católica de St. Petersburg está participando en el Sínodo sobre la Sinodalidad, una oportunidad para escuchar y compartir que busca discernir cómo el Espíritu Santo está llevando a la Iglesia a avanzar. Esta iniciativa es parte de un proceso de consulta global liderado por el papa Francisco.

El papa Francisco está leyendo los signos de los tiempos y está buscando desarrollar la “sinodalidad” como una herramienta para los obispos en su papel de gobernar la Iglesia. En un mundo que sufre de una pandemia, condiciones climáticas extremas, migraciones masivas, pobreza, violencia y relativismo moral, la Iglesia nos pide que “caminemos en la fe” (2 Corintios 5,7) y recemos para que el Espíritu Santo nos guíe.

El papa Francisco ha llamado a este momento de la historia humana “un tiempo para elegir”. Los temas del Sínodo sobre la Sinodalidad pueden ayudarnos a entender por qué ahora es el momento adecuado para considerar la sinodalidad más profundamente:

a. Comunión – En medio de tanto sufrimiento y aislamiento, vemos claramente que debemos reunirnos en comunidades en nuestra iglesia local. Orando en comunión, discernimos lo que nos dice el Espíritu Santo. La misión de la Iglesia se comprende mejor cuando la Iglesia se reúne para celebrar la Eucaristía. Así, la vida de las comunidades eclesiales y de las parroquias, cuya importancia reconocemos ahora más que nunca, enraíza y orienta nuestra práctica de la sinodalidad y nos impulsa hacia adelante.

b. Participación – Este momento en el que la Iglesia responde a la pandemia mundial exige que la Iglesia mire hacia adelante, no hacia atrás, y que revitalice su misión de llevar la buena nueva a todo el mundo.  Para emprender esta misión, todas las Iglesias locales (diócesis) deben reflexionar sobre el entendimiento que el Espíritu Santo ha dado a sus fieles. La amable llamada de invitación a la práctica plena de la vida católica, con la Eucaristía en el centro de todo lo que hace la Iglesia, es un aspecto esencial de este “caminar juntos”.

c. Misión – Al leer los signos de los tiempos y escuchar lo que el Espíritu Santo ha dicho en los corazones de los fieles, las diócesis obtendrán una comprensión más profunda de la misión que se les ha confiado.  Como un mosaico, la visión de cada diócesis se forma a través de la atención a las necesidades de los fieles, la necesidad de renovación y la vida de la comunidad local que se reúne en respuesta a la amable invitación del Señor a adorarle, a ser santificada por Él y a hablar, individual y colectivamente, con la voz profética del Espíritu Santo.